Virginia Labuat nos da las llaves para que entremos en su Dulce hogar, ese segundo trabajo que no se termina de disvincular porque, su voz sigue siendo su voz, su esencia jazzística aunque influenciada por el pop-rock se ve mucho más marcado, un trabajo más suyo, que se nota que está creado desde dentro. Este álbum cuenta con 14 temas intercalando el inglés y el castellano.
Su estilo desenfadado, alegre y dicharachero la desmarcan de las etiquetas anteriores, sus originales composiciones mimadas y cuidadas al detalle hacen que Dulce Hogar sea un disco para escuchar a conciencia.
En la edición especial, además cuenta con un segundo trabajo que podríamos demnominar E.P, su título rarezas ya nos introduce que en ese hogar vamos a entrar a ese desván donde están las cosas más curiosas, donde no puedes pasar si no eres VIP, y que pocos conocen.
En este disco, la voz de Virginia se lanza hacia unos tonos mestizos dando un colorido agradable y exquisito. Además, cuenta con unos ritmos dinámicos que le dan viveza hasta las canciones más lentas como podría ser Hasta donde iré, un pop de sala cabaretera donde el blues y el jazz se marcan gracias su estructura y luminosidad elegante.
En te doy mi voz , el principio es un diálogo fluido donde la melodía es un susurro, pero según avanza, la voz se pierde en la melodía creando un místico y enigmática atmósfera.
Insomnio, es el ejemplo del jazz en sus composiciones, de ese soul divagante, sexy e insinuante. Las estrofas musicales hablan por si solas, el piano se coloca en primera fila para hacerse protagonista.
Podríamos ir destripando pista por pista, porque es un viaje por diversos géneros de un mestizaje delicado y sutil, sin decantarse por ninguno para poder decir que Virginia Labuat hace música, mezcla notas, sonidos, ritmos, tonalidades, mensajes y transmite emociones que se guardan en la cabecita.
El disco tiene un tono desenfadado, alegre y que da buen rollo, que es imposible que no te quedes atrapado en él. Labuat se ha enriquecido de Virginia, esa medicina que te saca una sonrisa, que te lleva a otro lugar donde las malas vibraciones son una leyenda.
Creo que The Time is now, el single, con el que ha dado mucho que hablar, es la marca de identidad de este trabajo porque en él se guarda la esencia de cada canción, además de ese pop-art que vemos en el vídeo, esos tonos rosados que convierten a este arte sonoro en el postre dulce que es imposible no pedirte por muy lleno que estés. La tesitura de su voz es demasiado especial para poder comparar, y el aporte melódico hacen que sea un disco auténtico, sin quitar mérito a la diversidad de estructuras y notas a pie de página con las que cuenta, un álbum de detalles que te regala una placentera experiencia. Sube el volúmen de tu retransmiros y déjate seducir.
El 12 de abril, nos vemos en la sala el Sol de Madrid. :)
1 Response to Virginia Labuat te invita a su dulce hogar.
Es un disco maravilloso, no dejeis de comprarlo
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