Maryland y su Get Cold Feet

Maryland, el 22 de marzo nos dejaron escuchar su nuevo trabajo Get Cold Feet. Una obra maestra compuesta por 11 temazos. Sonidos claros, ordenados, dosificados, vitales y coexistentes con la perfección.

Su música son unos coloridos fuegos artificiales donde el estallido inspiran un ¡ooooh! Combinaciones atentas y ritmos rockeros con una melodía enérgica que sorprende. 

Este disco arranca con Red Boots cuya introducción te prepara para la delicada fusión sonora que vas a escuchar a continuación, y antes de llegar al minuto, esa divagación por un mundo nuevo se convierte en lo que es la esencia de Maryland, arrolladoras guitarras, un bajo tierno, una voz encantadora, unas baterías que más que hacer ruido perfilan la escultura más bella de la historia del arte. El disco continúa con What to do, guardando sus energías, desprendiendo notas que decoran el ambiente para olvidarte que la gravedad nos une al suelo que pisamos. So happy, so young se muestra mucho más misteriosa, pero igual de potente, con las mismas ganas de seducir al oyente que el resto. Atom Bomb cuenta con una originalidad cuya excepcionalidad manera de adaptar su estilo a un rock más cañero  y británico de manera inimaginable, mientras que It Works se centra en un pop fuerte por las melodías, y un bajo sugerente, se  alimenta de una exquisita sonoridad, atmósfera que merodea entre los que lo escuchan, una invitación a vivir en lo onírico. Para relajarte de esa intensidad, de ese clímax sensorial, casi llegando al final nos topamos con For me today donde la única palabra que puede encajar es sentimiento expresado de la mejor manera posible. Saliendo de ese aire nostálgico el frenético tema de Fury Road nos transporta a esos ritmos festivaleros de las 9 de la tarde donde la felicidad se respira en el aire y el suelo quema tanto que lo único que puedes hacer es saltar para no dejar que te explote la emoción en tu cuerpo. La constancia y cohesión de esta banda se refleja en Every Moment, que reune todo lo que crees incapaz de guardar en una caja, desde la intensidad, fuerza, energía rock, desgarre, una alteración sentimental que va mucho más allá de escuchar una canción.  Cerrando esta espectacular obra Little Miss Sunshine, unas nostálgicas notas de la guitarra, una voz tierna y seductora introducen esta balada que se agita por la sensibilidad que transmite, para llegara un enriquecido final lleno de vida que más que decir adiós te da las gracias y te invita a que repitas otra vez este Get Cold Feet.

Mucho más que un disco, una escultura que se pinta con los sonidos y esculpe con las emociones.